Que rápido se está pasando esta semana, no?
Hoy estoy aquí para hablar de los gloss… o se dice glosses?!.
No soporto los gloss pegajosos, que se quedan en los extremos, los que hacen que los labios se queden unidos como si te hubieras echado “superglú”, buag! Me parece antiestético y asquerosillo, las cosas como son.
Para que un gloss sea de mi gusto, porque yo siempre hablo desde mi humilde opinión (esto lo digo poniendo cara de angelito) no hace falta que sea de gama alta ni que cueste un pastón. Por ejemplo, los de Essence o los de Nyx me parecen geniales y de precio andan bastante bien.
Pero hoy os cuento mi experiencia con el High Gloss de Estée Lauder, porque no he encontrado uno mejor que este.
La primera vez que lo probé fue de casualidad, ya que lo compré entre una selección de productos que sacaron hace unos años para recaudar dinero para el cáncer de mama. Me costó unos 16 € y creo que sigue rondando por ahí su precio, así que a pesar de no ser low cost tampoco está tan mal.
La presentación es muy bonita, un tubito muy estilizado con su tapón y letras en dorado. Huele que alimenta, como a fresas, muy dulcecito, pero lo mejor es la textura.
La sensación es la de echarte un bálsamo, pero el producto es más ligero y menos pesado. Son muy pigmentados y tiene una duración el los labios bastante buena. No deja nada de residuos, es lo mejor, desaparece poco a poco, pero no deja pegotillos, ni te deja el labio más pintado por un lado que por otro, ni nada de esas cosas que creo que nadie le gustan.
Nada, y me repito, nada pegajoso.
Me encanta encontrar productos tan buenos de forma casual, porque ya os digo, lo compré porque el beneficio era todo para ayudar la investigación contra el cáncer, pero ese día me llevé doble satisfacción.
Feliz día!!!
Ah! Gloss o glosses???!!!